Empezando por el principio.
Lo mejor será empezar por el principio y eso implica contar
nuestra historia. Aunque los niños
diagnosticados con TEA sean tan diferentes entre sí, a veces es posible
encontrar puntos en común y sobre todo alertar a padres de niños pequeños para
que estén atentos a señales o indicadores de riesgo que puedan ayudarles a
detectar cualquier alteración del desarrollo y de esta manera buscar ayuda
profesional de la manera más oportuna.
Nuestra historia comienza en marzo del 2018. En esa fecha
nuestro hijo tenía unos 17 meses. Aunque aparentemente el niño había tenido un
desarrollo normal, me empieza a preocupar la falta de lenguaje, esa
preocupación empieza como un pequeño y sutil susurro, pero con los días va
tomando más y más fuerza hasta convertirse casi en una obsesión. Empiezo a
fijarme más y a plantear las dudas a mi marido y a mi entorno más próximo.
Justo por esas fechas estaba yo cursando un máster de
psicología infanto juvenil y coincidió que por esa época empezábamos a estudiar
el módulo de TEA, recuerdo aun lo difícil que me resulto realizar ese módulo,
sobre todo porque las señales de alerta de los niños a los 18 meses coincidían
con los comportamientos que estaba observando en mi hijo justo en ese momento.
Los síntomas que encajaban perfectamente con nuestra problemática eran los
siguientes:
-Ausencia de palabras sueltas.
-Falta de respuesta al nombre (lo llamábamos y no se giraba).
- Ausencia de conducta de señalar para pedir o para
compartir cosas que le gustaban.
-Ausencia de imitación.
-Forma de jugar peculiar o atípica (en nuestro caso,
tendencia a girar los objetos de forma repetitiva)
-Problemas de alimentación (rechazo a probar alimentos
nuevos).
-Falta de interés por otros niños (no los miraba, no les
sonreía, parecía no verlos).
Decidimos entonces empezar las evaluaciones, primero a
través de los seguros privados y la seguridad social, pero allí no obtuvimos
respuestas satisfactorias, parecía que no se atrevían a dar un diagnóstico a un
niño tan pequeño y mucho menos realizando observaciones tan breves y pasando cuestionarios
cortos que es lo que suele ocurrir en las consultas de los neuropediatras. Así
que decidimos acudir a un sitio más especializado, en el cual la evaluación duraba
toda una mañana y se analizaba información de vídeos acerca de las
interacciones realizadas en casa.
En este sitio, después de analizar toda la información recogida,
nos dieron un diagnóstico de tipo “pronostico” , el cual aseguraba que mi hijo
se encontraba en riesgo medio de estar dentro del TEA. Esto fue suficiente para
ponernos manos a la obra y empezar la estimulación del niño casi de forma
inmediata.
El diagnóstico actual es TEA pendiente de evolución, TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo), o TEA de evolución positiva según la última neuropediatra que lo vio.
El diagnóstico actual es TEA pendiente de evolución, TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo), o TEA de evolución positiva según la última neuropediatra que lo vio.
Mi hijo empezó recibiendo cuatro sesiones de terapia
semanales, dos de logopedia y dos de psicología. La modalidad terapéutica utilizada
está basada en el método TEACCH (abreviación en inglés de Tratamiento
y Educación de niños con Autismo y Problemas de Comunicación
relacionados), este método utiliza múltiples estrategias, entre ellas la utilización
predominante de material visual mediante pictogramas, actividades de clasificación,
emparejamiento, mucho refuerzo social, modelado, entre otras estrategias, las
cuales han mostrado su eficacia para ayudar a la hora de la adquisición de
habilidades diversas en las personas con TEA. Este método cuenta con evidencia científica.
Aspecto del cual os hablaré también, sobre todo en el proceso inicial en el
cual es fácil caer en manos de personas sin escrúpulos que ofrecen terapias o más
bien pseudoterapias sin soporte o aval científico. En paralelo hemos contratado
también a un equipo de terapeutas que trabajan con el enfoque centrado en la
familia, el cual entrena a los padres para aprovechar al máximo las
interacciones que se dan en la vida cotidiana con el fin de estimular a los
peques. Y por supuesto está escolarizado, en este momento se encuentra en aula
ordinaria con apoyos.
Después de un año de trabajo intensivo para establecer pre
requisitos de lenguaje podemos asegurar que hemos conseguido establecerlos.
Tenemos buena capacidad atencional, habilidades de atención compartida, buen
desarrollo de funciones ejecutivas, imitación y juego funcional. Aún nos queda
un gran camino por recorrer, pero lo hacemos con esperanza, algunas veces nos
sentimos un desastre, pero son más los momentos en los cuales nos sentimos
eficaces y competentes para ayudar a nuestro hijo a desarrollar su máximo potencial. Tenemos además un nuevo miembro de la familia, una pequeña de 7 meses que a veces nos ayuda como coterapeuta, de esto os hablaré mas adelante.
Me produce una enorme ilusión compartir con todos aquellos
padres que se inician en un camino lleno de dudas e incertidumbre, me encantaría
poder transmitir lo poco o mucho que he aprendido en este camino, como madre y psicóloga, todas nuestras actividades, todos nuestros juegos, aquellos que no solo han sentado las bases para una comunicación funcional, sino que nos han unido mucho, creando un vinculo indestructible. También me encantaría poder aprender de vosotros y de todas vuestras
experiencias, porque este es un largo camino, de pocas certezas, en el cual
todos somos aprendices. También espero que el blog constituya un espacio de
desahogo para todos aquellos que se encuentren desbordados por la situación y
necesiten compartir todos esos sentimientos, emociones y pensamientos que
puedan surgir.
Bienvenidos.
Marcela
Muy lindo comienzo para tu blog! Seguro que muchos padres se sentirán identificados con tu experiencia y es muy motivador ver qué con esfuerzo se puede conseguir una evolución positiva! Enhorabuena!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, mi mayor deseo es que sea motivador e inspire a los padres en este difícil camino.
EliminarEnhorabuena por tu blog, deseando ver nuevas entradas. Gracias por compartir
ResponderEliminarMuchísimas gracias Casandra.
EliminarGenial, nunca lo encontré tan bien explicado. Tengo un niño de 2 años y medio. Ya hace frases de tres y cuatro palabras, algunas cosas aún se resisten pero ya siento que puedo " hablar" con el. Ojalá siga así, seguimos Denver y va aterapias desde los 2 años. Hace 5 meses no decía ni una palabra, ahora es el que más habla de la guarde, está todo el día hablando
ResponderEliminarMuchas gracias, espero que tu peque siga por esa linea, aunque con el modelo Denver sin duda avanzará muchísimo. Quien iba a pensar que se convertiría en el mas parlanchin de la guardería!!
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