Implementando el sistema PECS en casa.
Cuando nuestro peque tenía poco más de dos años, tomamos la
decisión de utilizar en casa un sistema de comunicación que le permitiera al
niño pedir las cosas que necesitaba de alguna manera mientras aparecían las tan
esperadas primeras palabras. Leyendo el libro “Más que palabras” /”More than
words”, un manual maravilloso para cualquier padre de un niño con TEA, escrito
por Fern Sussman, conocí el sistema PECS, cuyas siglas significan Sistema de
Comunicación con Intercambio de Imágenes. Este sistema alternativo o
aumentativo de la comunicación, busca, enseñar comunicación funcional mediante
el uso de imágenes, las cuales pueden ser fotografías o pictogramas.
La mecánica de PECS es sencilla, aunque debemos ser
cuidadosos a la hora de enseñarla al niño para que realmente funcione. Consiste
a grandes rasgos, en que el niño utilice una imagen para pedir algo y de esta
manera obtenerlo a través de un intercambio: el niño te da la imagen y tú le
das el objeto.
Como a los 28 meses de edad mi hijo aun no hablaba, nos
pedía las cosas mediante la conducta de señalar, sin embargo, muchas veces los
objetos deseados por el niño no se encuentran disponibles en su campo visual
para pedirlos y si no están disponibles ¿Cómo podía yo enseñarle a mi hijo a
solicitarlos?
Decidí entonces que era el momento de implementar este sistema
en casa y me asesore de un equipo de profesionales con un excelente manejo de
este sistema. En ningún momento tuve temor de implementarlo, había leído en
muchos sitios que el sistema es un excelente favorecedor de la comunicación y
del lenguaje funcional. Muchas personas pueden pensar que al implementar este
tipo de sistema sus hijos no desarrollaran lenguaje y se quedaran para siempre
utilizando fotografías o pictogramas para pedir. Al contrario, el sistema es un
gran facilitador, porque trata un aspecto clave en el desarrollo del lenguaje:
permite al niño descubrir que puede influir en la conducta de los demás y
obtener lo que desea utilizando un símbolo (foto o pictograma) y este
descubrimiento marca un punto de inflexión en el desarrollo comunicativo.
Este sistema permite desarrollar las siguientes capacidades:
-Pensamiento simbólico: el niño comprende los objetos y las
acciones están representadas por símbolos.
-Intención comunicativa: el niño descubre que puede influir
en la conducta de los demás y a través de un gesto tan sencillo como entregar
una foto puede obtener lo que necesita o desea.
-Se sientan las bases de la comunicación funcional.
-Mientras aparece el lenguaje, dotamos al niño de un sistema
de comunicación, con ello mejoraremos problemas de conducta que puedan
presentarse por la imposibilidad del niño para comunicarse.
Aquí os voy a explicar cómo utilizamos este sistema para
estimular la conducta de petición en nuestro hijo. Para que el sistema
funcione, este debe ser realizado con gran rigurosidad, debe ser sistemático y
deben tenerse en cuenta todas las recomendaciones y advertencias, de lo
contrario el sistema no funciona. Hoy en día ya no lo utilizamos, no nos hace
falta porque el lenguaje oral ha aparecido y es funcional. Os lo explicare paso
por paso el proceso. Todo lo que os voy a explicar pertenece a la fase 1 del
sistema, en el cual los niños aprenden a intercambiar imágenes por objetos o
actividades que realmente les gustan.
PASO 1: Debemos disponer de un espacio en la pared para
pegar el que será el panel de fotografías de objetos deseados, en niños
pequeños es mejor empezar con fotos, pues estas representan el objeto tal y
como es. Más adelante se puede pasar a pictogramas. Los objetos deseados pueden
ser: agua, un chupete, un juguete que les guste mucho, etc. Nosotros utilizamos
agua, el chupete, un pirata y su objeto de apego (una manta pequeña). Es
fundamental escoger siempre objetos muy agradables para el niño y así aumentar
la frecuencia con la que nos pide las cosas. Las fotografías deben ser
de un tamaño que permita al niño manipularlas, nosotros utilizamos velcro para
para pegarlas, además las plastificamos para que duren más, tened en cuenta que
al pegarlas y despegarlas se deterioran.
PASO 2: Cerca del panel, debe haber una mesa, en la cual
colocaremos los objetos deseados por el niño. Estos objetos deben estar fuera
de su alcance, la finalidad es que el niño nos pida esos objetos. La forma en
la cual cada niño pide el objeto a sus padres es muy variada, algunos llevan al
adulto de la mano, otros señalan. En nuestro caso, el peque ya señalaba.
Recordad que la mesa con los objetos y el panel deben estar situados cerca, con
el fin de que la asociación entre objeto real y símbolo se realice rápidamente.
El panel de peticiones debe estar siempre en un lugar fijo, preferiblemente en
el salón de casa o en un sitio por el cual el niño pase varias veces el día.
Conviene empezar poco a poco, primero con un objeto, nosotros pusimos la fotografía
del vaso de agua, unos días después añadimos el chupete, un juguete de pirata y
la manta que utilizaba como objeto de apego.
EMPEZANDO A UTILIZARLO.
Al principio, el niño verá el panel de fotos y no sabrá que
hacer con él, posiblemente se ponga a jugar a quitar y a poner las fotos sin
saber cuál es la utilidad. Por eso las primeras veces debemos prestarle al niño
nuestra ayuda, dirigiendo su cuerpo, hasta que el niño aprenda para qué sirve
el panel y como usarlo. Os pondré un ejemplo con el agua.
Cuando el niño pida el objeto, bien llevando al adulto de la
mano, bien señalando (cada niño se encuentra en un nivel distinto), lo primero
que haremos será dotar de intencionalidad esa acción, diciendo de forma
enfática, con un tono de voz llamativo: ¡Ahh
quieres agua!
Inmediatamente dirigimos
al niño hacia el panel y nos ponemos detrás de él, por la espalda, tomamos su
mano para que despegue la foto del objeto deseado, en este caso del agua.
Cuando el niño tenga la fotografía en su mano dirigimos su brazo para que nos
la entregue y nosotros ponemos la mano abierta en posición de petición para que
el niño deposite la foto sobre nuestra mano y justo en ese momento le
entregamos el objeto.
Al principio puede ser de gran ayuda contar con dos adultos
implementando el sistema. Uno toma por la espalda al niño y dirige su mano para
hacer la entrega de la foto y el otro adulto recibe la foto y la INTERCAMBIA por el objeto (agua). Os
pongo en mayúsculas la palabra intercambia,
¿Por qué?, precisamente porque tal como su nombre lo indica es fundamental que
ocurra un intercambio de imagen por objeto.
Cuando se produzca el intercambio decimos la palabra “AGUA”,
para estimular la parte oral del lenguaje. Cuando el niño termine de beber agua,
le llevamos otra vez al panel y le ayudamos a poner la foto en su lugar,
podemos agregar la frase: beber agua ya está, o se acabó.
Advertencias:
1-
Es muy importante propiciar varias oportunidades
de intercambio durante el día. De hecho, lo ideal es hacerlo en periodos de
vacaciones o cuando podamos asegurar que habrá alguien en casa que esté atento
a la petición del niño y a responder a ella.
2-
En la línea de lo anterior todos los adultos que
viven en la casa deben conocer el sistema y estar preparados para responder al
niño. Todos deben usar el método de la misma manera.
3-
El panel con las fotografías y la mesa donde se pondrán
los objetos deben estar próximas en el espacio físico. Luego, cuando la
conducta este adquirida podemos poner algún panel en la concina, en la habitación,
etc. Es fundamental que el panel este siempre a la altura del niño, donde pueda
alcanzar las fotos sin dificultad.
4-
Las fotografías utilizadas deben ser muy claras,
es decir sin elementos distractores. Por ejemplo, si es el agua debemos
utilizar la foto del vaso donde habitualmente bebe el niño y tomar la foto
única y exclusivamente al agua, sin otros objetos que desvíen la atención. Debemos
también utilizar siempre la misma palabra para denominar el objeto, además la
palabra debe ser sencilla: peces, león, perro.
5-
Mientras realizamos todo el proceso con el niño
(llevarlo hasta el panel, despegar la foto, hacer el intercambio) solo
utilizamos las siguientes palabras:
-AHH, QUIERES AGUA!: Cuando vemos que
señala o nos lleva de la mano.
-AGUA!: Cuando hacemos el intercambio.
Evitaremos a toda costa decirle al niño
frases como: “coge la foto”, “dame la foto”, etc. Es decir, evitaremos dar
instrucciones o consignas verbales, ¿Por qué?, muy sencillo, porque nos
interesa que el niño aprenda a hacerlo de forma natural, espontanea, sin tener
que inducirlo o dirigirlo. Por lo cual la instrucción verbal es mínima o
inexistente. Solo utilizamos las palabras clave mencionadas anteriormente.
6-
En la línea de lo anterior, recordad que solo
proporcionamos ayuda física, es decir, le dirigimos hacia el panel, tomamos sus
manos, le ayudamos a despegar la foto, giramos su cuerpo hacia nosotros,
guiamos su mano para que nos entregue la foto e inmediatamente le entregamos el
objeto. Todo ello sin instrucciones verbales. Poco a poco con el pasar de los
días, vamos retirando ayuda física y dejando que sea el niño quien realice las
acciones solito. Pero al principio le brindamos toda la ayuda y el soporte
necesario. La idea es que el niño termine realizando todo el proceso solo, sin
nuestra dirección.
7-
Utilizaremos objetos muy deseados, pero que no
sean problemáticos, por ejemplo, la tablet podría ser un problema si luego hay
una rabieta a la hora de quitársela. Las golosinas también podrían serlo, ya
que hay ocasiones durante el día en las cuales los niños no deben comer dulces,
por ejemplo, antes de la comida. Lo mejor es el agua, el chupete si lo utiliza
o un juguete muy deseado. También podría ser una actividad, por ejemplo,
pintar, si esta actividad es muy atractiva para el niño, pero recordad que hay
que estar dispuestos a dibujar siempre que lo pida, al menos los primeros días,
mientras se consolidad la conducta de pedir con fotos.
8-
Al principio utilizar solo un objeto, luego ir
introduciendo más. Cuando la conducta de pedir mediante fotos este consolidada
podemos poner todos los objetos deseados.
9-
Para que la conducta de petición mediante fotos
se establezca, al menos al principio, esta debe ser atendida siempre, siempre. Lo recalco, porque lo
que no debemos hacer es atender al niño, a veces sí y a veces no. Si lo hacemos
así, no funcionará ya que el niño no comprenderá la dinámica del sistema. En
caso de poner en el panel actividades por ejemplo pintar, debemos estar
disponibles si el niño quiere pintar, si vemos que estamos ocupados y no
podemos atender a esa petición, lo mejor es retirar la foto o pictograma que
representa esa actividad.
10-
También es importante al principio utilizar los
mismos objetos, después de unas semanas se pueden introducir objetos nuevos. Si
los niños pasan mucho tiempo en dos casas distintas (niños de padres separados
o niños que pasan mucho tiempo con abuelos), al principio se utilizara el panel
solo en una casa (donde el niño permanezca más tiempo) y una vez el niño tenga
la dinámica adquirida se debe poner un panel en las otras viviendas, con el fin
de generalizar estos aprendizajes.
11-
Hay que ser pacientes, nunca regañarles o
mostrar enfado si no vemos resultados rápidos. Esta adquisición puede tomar su tiempo,
dependerá de cada niño y sobre todo del número de oportunidades que se den
durante el día para realizar el intercambio, cuantas más, mejor, también dependerá
de lo rigurosos que seamos para implementar el sistema. Tampoco hay que forzar
la situación, algunos niños no se encuentran preparados para implementar este
sistema y debemos esperar. Puede ocurrir que el niño tenga muchos problemas de
conducta en ese momento y se frustre demasiado. En esos casos conviene
consultar con los terapeutas que trabajan con el niño.
El sistema es muy sencillo de implementar, en realidad se
basa en un intercambio, pero es fundamental tener en cuenta todas las
recomendaciones para que funcione, si tenéis dudas podéis plantearlas aquí o
preguntar a vuestros terapeutas de la conveniencia de implementar este sistema
en vuestras casas, hay que recordar que el TEA es un gran espectro y cada niño
es único.
Nunca olvidare el día que mi hijo se apareció en la cocina
con una foto de su chupete, ese día supe que algo importante había ocurrido y
que algo había cambiado para siempre en nuestra forma de comunicarnos.
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