Iatrogenia.
Iatrogenia es un término que se refiere al daño que puede
causar una terapia o un terapeuta a un paciente mediante su actuación, esto
puede ocurrir por la falta de conocimientos o de experiencia por parte del
profesional.
Cuando una familia recibe un diagnóstico de la envergadura
del TEA, la primera idea que surge es la de actuar rápidamente, de empezar
cuanto antes la terapia. En este periodo inicial en el cual se está asimilando
la información acerca del diagnóstico y se están procesando una gran variedad
de emociones, el caos y la confusión suelen estar bastante presentes y es fácil
caer en manos de terapeutas sin conocimientos o sin experiencia, a nosotros nos
pasó y daba igual que yo hubiera estudiado psicología, pues ni en mi formación
de grado ni de post grado profundice apenas en los tratamientos para los
trastornos del espectro autista, así que disponía de la misma información que
podría tener cualquier otro padre.
La noticia del diagnóstico llego a nosotros a finales de
junio del 2018, con lo cual el verano estaba a punto de empezar y en los meses
de julio y agosto suele ser complicado encontrar terapeutas, pues es época de
vacaciones, de todas formas, decidimos llamar a los terapeutas más próximos a
nuestra casa y encontramos un centro psicológico que a pesar de estar saturado estaban
dispuestos a hacernos un hueco y atendernos. Creo que de entrada debí haber
desconfiado de ese lugar, pues trataban en ese centro todo tipo de trastornos,
tanto de población adulta como de población infanto-juvenil. Estos centros en los
cuales un solo terapeuta trata todo tipo de problemas no suelen inspirarme
mucha confianza, pues la psicología y sus patologías son todas muy diversas y
requieren de un estudio muy profundo, pero al fin y al cabo yo solo era en ese
momento una madre angustiada y deseosa de empezar cuanto antes, consciente de
que la atención temprana es fundamental para el buen pronóstico del problema.
En este centro, ubicado en Madrid, nos atendió una
psicóloga, la cual nos dijo que podíamos trabajar con el niño de forma
intensiva en el mes de julio, pues en agosto cerraban por vacaciones. La verdad
eso de intensivo era una buena razón
para desconfiar, ya que el término intensivo en psicología en general y en el
TEA en particular, deja bastante que pensar. Ahora con la experiencia que
llevamos sabemos que si existe una cualidad a desarrollar en la familia de un
niño con TEA es la paciencia, pues los procesos son lentos, llevan tiempo y no
dependen solo de la actuación del terapeuta, dependen también del propio
desarrollo evolutivo, de la maduración, de forma tal que si un niño aún no está
preparado para aprender la conducta de señalar, el terapeuta y la familia
podrán insistir día y noche, pero la conducta aparecerá cuando tenga que
aparecer, por lo cual aquí hay que olvidarse de los intensivos.
Siguiendo con la historia, la psicóloga nos propuso el
intensivo de psicología y el intensivo de logopedia, el de psicología lo
realizaría ella, y consistiría en enseñarnos a utilizar pictogramas y el de
logopedia lo realizaría otra profesional y el objetivo sería enseñar la
conducta de señalar, pues mi hijo con 18 meses no señalaba ni para pedir ni
para compartir intereses. Como la conducta de señalar es básica, empezaríamos
por ahí. Hasta aquí todo parece estar muy en orden, aunque ya os digo que lo de
los pictogramas fue un fracaso total, al igual que lo de enseñar a mi hijo a
señalar.
La experiencia con la logopeda fue nefasta, las sesiones tenían
una frecuencia de dos veces por semana y una duración de 30 minutos, los cuales, aunque pocos, eran una
tortura. La terapeuta intentaba enseñar a mi hijo a señalar utilizando
gusanitos (una golosina) y así fue durante todo el mes, todas las sesiones.
Evidentemente las rabietas del niño no se hicieron esperar, la tarea era
monótona, repetitiva y un tanto absurda, ya que la terapeuta no contaba con el
hecho de que al niño no le apetecieran los gusanitos en ese momento. El niño se
sentía saturado y nosotros impotentes y frustrados. Como si fuera poco,
teníamos que repetir la tarea en casa, con lo cual el niño termino aborreciendo
los gusanitos y la conducta de señalar no aparecía en ningún momento, cada vez
que teníamos que ir a las sesiones lo hacíamos con desgano y nos preguntábamos
por qué razón la terapeuta no cambiaba de estrategia, al ver lo ineficaz que
era y los pocos resultados que estaba arrojando su actuación, supongo que la
terapeuta era inexperta, tal vez lo de los gusanitos le funcionó con otro niño
y quiso aplicarlo con el nuestro, en cualquier caso, su actuación generaba en
nosotros sentimientos de ineficacia e incompetencia como padres, además de
ideas irracionales acerca de la gravedad del problema del niño y de su difícil
solución, estas ideas obviamente son más intensas cuando se está empezando en
el proceso, pues hay una gran vulnerabilidad emocional.
En eso consiste
exactamente la iatrogenia, la terapeuta no solo no nos ayudaba, si no que nos
empezaba a generar un daño emocional, sin contar con el daño económico claro,
pero además con su actuación podría haber generado un mayor rechazo de mi hijo
a la interacción, habría podido disminuir su intención comunicativa,
ocasionando un daño todavía mayor, afortunadamente el verano se interpuso entre
nosotros y la terapeuta y así pudimos cambiar de terapeutas y redirigirnos en
una dirección mucho mejor.
Cuando nos desplazamos a vivir a Granada y empezamos las
terapias en el centro de atención temprana de San Rafael, tuve la oportunidad
de presenciar las sesiones y que diferencia más grande. La terapeuta,
especializada en atención temprana enseñó a señalar a mi hijo en cuestión de un
par de meses mediante juegos y actividades lúdicas en las cuales el disfrute
era fundamental, además, la terapeuta tenía un manejo excelente de la
frustración del niño, pues le exigía poco a poco, sin que se perdiera el
control de la situación. Disponía, además de materiales atractivos, variados
que despertaban la motivación del niño, utilizaba refuerzos verbales y físicos
(cosquillas), evidentemente lo que buscaba era generar en el niño interés por
la interacción y un incremento de su intención comunicativa.
Supongo que de haber seguido asistiendo a ese centro de
Madrid no hubiéramos conseguido que mi
hijo señalara y mucho menos que hablara, pues la terapeuta desconocía los
aspectos más básicos de la psicología humana en general, de la psicología
infantil y de la psicología del TEA en particular, por ejemplo desconocia que
la enseñanza de habilidades de interacción y comunicación debe realizarse en
ambientes lúdicos, de juego y disfrute, además se debe partir de los intereses
del niño, de sus preferencias, no se puede enseñar a un niño a señalar
utilizando únicamente un alimento, hay que ser versátil, creativo, ponerse al
nivel del niño, conectar emocionalmente con él.
Para rematar nuestra sensación de incompetencia se vio
bastante reforzada con la actuación de la psicóloga, quien nos propuso empezar
a utilizar pictogramas, en concreto la agenda como sistema de comunicación, el
rechazo de mi hijo por los pictogramas era mayúsculo, ¿Por qué?, porque aún no
estaba preparado para ellos, carecía de capacidad simbólica para comprender que
un dibujo representa una acción, tenía solo 18 meses, tiempo después, tuve la
oportunidad de aprender de la mano de un equipo de profesionales expertos en
TEA, de un centro llamado Cualitea de
Granada también, los cuales me entrenaron en el manejo y uso de los pictogramas
y fue totalmente diferente, primero empezamos con fotografías y paulatinamente
lo fuimos complejizando con pictogramas, además, este equipo de terapeutas se
tomó su tiempo para enseñarme, incluso en los primeros ensayos me pidieron que
realizara videos del procedimiento realizado en casa para ellos observarlos y
corregirme los errores y así hacerlo de
la mejor forma posible. Todo lo contrario, a lo que hacíamos con la psicóloga
de Madrid, quien nos daba las explicaciones del manejo de los pictogramas de
forma apresurada en el intensivo,
pero no solo lo hizo de forma apresurada, lo hizo también de forma errónea,
saltándose varios pasos. Al final con la frustración a cuestas fuimos
abandonando poco a poco el uso de los pictogramas y decidimos esperar,
afortunadamente conocimos después a ese grupo de terapeutas muy profesionales y
dedicados en exclusiva al TEA.
Después de haber vivido estas experiencias solo puedo
aconsejar a los padres que se inician en este camino que busquen
preferiblemente sitios donde se trate el TEA de forma específica y concreta,
uno de nuestros mayores aciertos sin duda alguna fue empezar las terapias en la
Asociación de Autismo de Granada, pues allí se centran en una problemática
concreta y por ello tienen un amplio conocimiento de las dificultades que
entraña el TEA, en nuestro caso tenemos mucha suerte de contar con una logopeda
maravillosa a quien le agradezco enormemente su profesionalidad y su ética,
también contamos con los terapeutas del centro de atención temprana de San
Rafael, los cuales tienen amplia formación en atención temprana, porque el TEA
no es igual en todos los momentos evolutivos, no será lo mismo en niños
pequeños, que en pre adolescentes, cada edad tiene sus retos y sus desafíos y
requerirá por lo tanto de actuaciones completamente diferentes, además el TEA
es un gran espectro con niveles muy diferentes de funcionalidad, por lo cual su
tratamiento requiere un profundo conocimiento o gran experiencia. También
contamos con una terapeuta ocupacional maravillosa en el centro Orión para
tratar los problemas sensoriales y de motricidad. Si algún día me leen
aprovecho para darles las gracias infinitas.
Para los padres que acaban de recibir el diagnóstico y no
saben cuáles son las terapias realmente eficaces y con aval científico, les
recomiendo leer el Manual Didáctico para la intervención en atención temprana
en los trastornos del espectro autista elaborado por la Federación de Autismo
de Andalucía, allí vienen explicados los diferentes modelos de intervención que
a día de hoy disponen de eficacia empíricamente demostrada, pues en los inicios
cuando reina la confusión y el caos, es fácil caer en pseudoterapias o en manos
de terapeutas inexpertos.
Aquí os dejo el enlace para quien este interesado: http://www.autismoandalucia.org/wp-content/uploads/2018/02/MANUAL-AT-DEF.pdf
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